El éxito de la modalidad de “trabajo desde la casa” ha impulsado a las compañías a terminar o renegociar sus arrendamientos para disminuir su espacio de oficina.
Por: Andrea Sandoval, Gerente de EY Law.
Analizar las necesidades de los consumidores siempre ha sido parte fundamental del negocio inmobiliario, en la actualidad, esto es aún más importante. La pandemia ha generado un impacto permanente en el estilo de vida de todos el cual se refleja en las preferencias sobre los espacios que utilizamos. Los desarrollos inmobiliarios existentes deben buscar la forma de adecuarse a estas nuevas necesidades, mientras que los desarrollos que se generen post pandemia deben tomar en cuenta estas preferencias y tendencias:
El éxito de la modalidad de “trabajo desde la casa” ha impulsado a las compañías a terminar o renegociar sus arrendamientos para disminuir su espacio de oficina, esto genera una necesidad de buscar formas creativas de readecuar los espacios existentes para compensar la disminución de la demanda, por ejemplo, acondicionar los espacios disponibles a un modelo de co-working que permita alquilar áreas de trabajo disponibles.
De igual forma, al estar las personas cada vez más en sus casas, se le ha dado más importancia a cosas que antes no lo eran tanto: i) Contar con espacios diferenciados de oficina y vida privada; ii) Contar con áreas verdes y zonas abiertas que permitan desconectarse y compartir en familia; iii) La distancia de la casa a la oficina ha perdido importancia. Todo esto influye en la oferta de las desarrolladoras, se vuelve trascendental reevaluar el uso del espacio y las áreas comunes, dedicar espacios para zonas de trabajo, hacer modificaciones a los gimnasios y en general readecuar la oferta enfocándose en estas necesidades.
Adicionalmente, ha habido un cambio de prioridades, el factor salud es cada vez más importante, por lo tanto, las inversiones post pandemia deberían enfocarse en la aplicación de tecnologías que generen valor, por ejemplo, mediante la implementación de edificios inteligentes o saludables.
El concepto de edificio inteligente existe desde hace algún tiempo, en esencia, es un edificio que utiliza la tecnología para recabar y compartir información entre sus sistemas y de esta forma optimizar su desempeño. Mediante el uso de sensores, se puede saber a qué horas del día ciertas áreas tienen mayor tráfico de personas, o cuántas personas están a la vez en una misma zona, se pueden automatizar los elevadores o zonas de alto contacto para que conozca las necesidades de los usuarios y evitar que se tengan que estar tocando. Toda esta información permite ajustar el uso del edificio a las necesidades reales de sus habitantes, generando un uso mucho más consciente que trae consigo eficiencias, ahorros y tranquilidad.
Los edificios saludables son los que están diseñados para incentivar la salud física, mental, social y emocional de las personas que lo utilizan, brindan una propuesta interdisciplinaria que va desde la selección del sitio y la construcción del edificio, hasta la atención de detalles como calidad del personal, acceso a opciones alimenticias saludables, variedad de ejercicios dentro del edificio y la existencia de espacios para esparcimiento físico y mental. Este balance, se encuentra altamente valorado en esta nueva realidad.
Las preferencias y prioridades de los consumidores están cambiando y las personas están siendo cada vez más cuidadosas con sus inversiones, por lo tanto, ahora es más importante que nunca que el sector inmobiliario se reinvente y sea proactivo en brindar productos que tomen en cuenta las nuevas necesidades de sus clientes mediante inversiones que brinden un valor agregado a la vida de los usuarios.
Fuente: wwwrevistaconstruir.com/conozca-los-impactos-que-tendra-el-sector-inmobiliario-post-pandemia/